jueves, 3 de septiembre de 2009

La Reforma Constitucional a consolidado el Estado Social y Democrático de Derecho, Jorge Cuello

En el marco del 15º Aniversario de la Reforma Constitucional de 1994 ANDEN decidió -en esta edición- reflexionar acerca de la importancia que tuvo este acontecimiento histórico para el futuro de nuestro país. En este artículo se exponen los antecedentes históricos así como también los avances producidos por la reforma constitucional de 1994


Los antecedentes de la Reforma

En 1983 el entonces presidente de los argentinos, Dr. Raúl Alfonsin, se propuso refundar las bases de nuestra organización política e institucional para agiornarla a los nuevos vientos de cambio que nos planteaba la recuperación de la Democracia.

Para llevar adelante esa tarea era necesario lograr un amplio consenso entre los diferentes sectores políticos y sociales de la Argentina que permitiera sentar las bases de un acuerdo para una reforma de la constitución nacional.

Con tal propósito, en 1985 Alfonsin decidió crear el Consejo de la Consolidación de la Democracia –integrado por varias personalidades provenientes de un amplio espectro político- para que elaboraran una propuesta sobre los puntos a ser incluidos en una eventual reforma de nuestra Carta Magna.

Luego de un intenso trabajo, y bajo la coordinación del ya fallecido jurista Carlos Nino , el Consejo llego a la conclusión de que era necesario reformar la constitución y elaboró un informe en donde se plasmaron un conjunto importante de propuestas.

Si bien la reforma no pudo concretarse durante el mandato del primer gobierno constitucional las recomendaciones hechas por el Consejo para la Consolidación de la Democracia sentaron las bases para la reforma de 1994.

El Pacto de Olivos

Tras el golpe de mercado perpetrado por los centros de poder económicos nacionales e internacionales que debió enfrentar Alfonsin al final de su mandato y ante un creciente aumento de la inflación, el Partido Justicialista triunfo en las elecciones presidenciales de 1989.

Desde la llegada de Carlos Menem al poder se pusieron en marcha un conjunto de transformaciones políticas, económicas y sociales que si bien a largo plazo generaron un gran retroceso para nuestro país en un primer momento contaban con una amplia aceptación social.

El menemismo se había propuesto reformar la Constitución para habilitar la reelección y pretendía aprobar la ley de declaración de necesidad de la reforma con los dos tercios de los miembros presentes y no del total de las Cámaras del Congreso como lo establece el artículo 30 de la Constitución Nacional. Al mismo tiempo, impulsaba una consulta popular para respaldar dichas pretensiones y las encuestas arrojaban un 70% de aceptación por parte de la ciudadanía.

La reforma impulsada por el justicialismo era prácticamente un hecho y en ese contexto Alfonsín promueve un acuerdo con el entonces presidente Menem – denominado como el Pacto de Olivos- por el cual se sientan las bases de coincidencias para avanzar en la reforma. Y si bien se habilitaba la reelección se incorporaron en el núcleo de coincidencias básicas muchas de las recomendaciones que en la década del ochenta había efectuado el Consejo para la Consolidación de la Democracia.

“La sanción de una reforma retrograda hubiera significado: 1) La ausencia de modernización de institutos obsoletos y la permanencia de disfuncionalidades del sistema institucional. 2) El incremento del hiperpresidencialismo e incluso la posibilidad de una reelección indefinida. 3) El riesgo de institucionalizar los principios del actual modelo económico (neoliberal). 4) Un “cheque en blanco” que podía producir insospechadas modificaciones de naturaleza desconocida”.*1

El 25 de mayo de 1994 comenzó a sesionar en la ciudad de Santa Fe la Convención Constituyente y luego de 3 meses de intensa labor, se aprobó y juró, el 24 de agosto, el nuevo texto constitucional.

Avances de la reforma constitucional de 1994

Hecho este breve repaso histórico, nos abocaremos en este apartado a analizar los avances producidos por la reforma de 1994. Para ello hemos consultado a Quiroga Lavié, quien además de ser abogado constitucionalista se desempeñó como Convencional Constituyente.

La reforma ha venido a consolidar el “Estado social y democrático de derecho” en la Argentina a través de la protección de los derechos humanos a partir de la jerarquía constitucional de 10 Tratados Internacionales que se ocupan de ello. También, en la acción de amparo, con su trascendente variante del amparo colectivo; con un Defensor del Pueblo y con asociaciones no gubernamentales legitimados para estar en juicio.

Además se potenció la participación política de la mujer, así como la tutela de la familia, de los niños, de los ancianos y de los discapacitados. Pero no menor ni menos significativa es la protección de los consumidores y usuarios, la del medio ambiente así como el reconocimiento de la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.

La Democracia política se fortaleció con la reforma, al haberse regulado la consulta popular y la iniciativa legislativa; el acceso a la información, al haber creado el habeas data, en relación con información personal almacenada en registros. La libertad de prensa, con la protección del secreto de las fuentes de información periodística.

La reforma también tomo en cuenta el fortalecimiento del federalismo con la autonomía municipal, y con reconocimientos patrimoniales a favor de las provincias que están a la espera de implementación. La búsqueda de alternativas semiparlamentarias así como la limitación de los poderes presidenciales, fueron también datos concretos de una mejora institucional, cuyos frutos siguen marcando un camino de no fácil concreción en un país con una tradición tan autoritaria como el nuestro.

A modo de conclusión

La constitución es el programa político, económico y social de los argentinos y como tal debe convertirse en un instrumento de Gobierno. Así lo proclamaba Hipólito Yrigoyen al señalar que “mi programa de gobierno es la constitución nacional”.

Pero para que la letra y el espíritu de la Constitución se conviertan en realidad es necesario que alcancemos consensos básicos entre los diferentes sectores políticos y sociales de nuestro país.

Y el primer acuerdo que debemos alcanzar para consolidar definitivamente la Democracia debe estar vinculado a dar respuestas -con carácter de urgencia- a la resolución de las desigualdades sociales. Porque como decía Alfonsin “con la democracia se come, se cura y se educa”.

*1 Raúl Alfonsin, Democracia y Consenso, Editorial Tiempo de Ideas, pag. 11.

PUBLICADO EN EL PERIODICO ANDEN – 30/08/09